COMO CORREGIR A
LOS HIJOS
Sabemos que educar a los hijos no es tarea
fácil, y menos cuando se trata de corregirlos en el proceso de su formación,
porque es cuando más a prueba se pone la paciencia, el amor y sabiduría de los
padres para hacerlo correctamente sin necesidad de herirlos, o dejar que les
gane el enojo o la frustración.
Es importante puntualizar que la corrección de
los hijos debe llevar siempre como objetivo la mejora de la persona, es parte
del equilibrio en su educación, por ello el hombre más sabio de la Biblia
escribió: “La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la
corrección la alejará de él”. (Proverbios 22:15)
El sabía que la clave para mejorar la conducta
de un hijo es ayudándole a rectificar. Pero la manera de corregir debe ser
equilibrada, esto es: no ser demasiados severos al grado que te obedezcan por
miedo, o demasiado condescendiente que te hacen creer que sí te obedecen.
La corrección de una conducta no deseada es
siempre a favor de ambas partes, de los padres porque logran el objetivo de
manera armoniosa y de los hijos porque les ayuda a mejorar como personas. Así
que si estás interesada en corregir correctamente a tus hijos considera las
siguientes verdades:
1) AMOR
Cuando hay una conducta no deseada de los
hijos, es clave recordar que la principal motivación a corregirlos es el amor
hacia ellos. Como sabemos el amor no se enoja fácilmente ni se irrita, así que
piensa antes de actuar o decir las cosas. Que no te gane el coraje, la
desesperación o la frustración, porque puedes lastimar o herir, cuando lo que
se busca es educar en amor; no gritar o alzar la voz solo porque no reacciona a
la primera como tu esperas.
La mejor decisión que puedes tomar al corregir
es comunicar correctamente tu mensaje, hablando con autoridad pero no con
gritos, y muy pero muy importante hablar sobre la acción sin descalificar a la
persona, por ejemplo decirle al hijo que mantenga en orden su cuarto sin llegar
a decirle que es un sucio o una palabra más ofensiva, o decirle eso está mal
hecho sin llegar al eres malo, recuerda atacar a la persona no es corregirlo es
atacar su autoestima. Enfócate en la acción, error o en la falta pero no a su
persona. Si tratas a tu hijo como es lo deteriorarás, pero si lo tratas como puede
llegar a ser lo desarrollarás.
2)
DISCIPLINA
Parte de una buena educación a los hijos es la
capacidad de los padres de establecer límites y normas, que al no cumplirlas o
hay una resistencia a la obediencia se le debe mostrar al hijo su consecuencia,
no castigo. Si se le indica como castigo la mamá quedará como mala; pero si se
le indica como consecuencia aprenderá que es resultado de lo que él hizo.
Por ejemplo, se le puede decir si no haces la
tarea ahora tu consecuencia será no salir a jugar con tu vecino más tarde. Si
aún así no obedeció en el momento, lo hizo más tarde y terminó a tiempo para
salir a jugar, tu advertencia sobre la consecuencia debe ser firme. Aunque se
resista, es importante explicarle el por qué de su consecuencia. Con voz firme,
pero sin gritar. A su vez puedes sugerir
una alternativa, por ejemplo hoy no vas a salir a jugar porque es tu
consecuencia de no obedecer en el momento, pero que te parece si mañana cumples
con tu tarea a tiempo te daré una hora más de permiso para que juegues en la
tarde. Es una manera de que se sienta compensado.
Asimismo es importante destacar que los
limites, las normas y reglas en general se dejan claros en casa, así como la
llamada de atención por no cumplirlas. Nada de avergonzar al hijo fuera de
casa, de divulgar su comportamiento o regañarlo delante de otras personas. Cómo
te sentirías si en tu trabajo, tu jefe te convoca a una reunión de trabajo
donde aprovecha para llamarte la atención delante de todos tus compañeros, lo
mismo pasa con los hijos, así que no los avergüences, no afectes su autoestima,
habla con ellos en privado.
3) PACIENCIA
La paciencia es una de las mejores
demostraciones de amor, porque solo así logras sacar lo mejor de la persona, en
este caso lo positivo de tu hijo(a). Aun recuerdo de niña cuando mi madre quiso
que aprendiera el reloj, primero se sentó muy linda indicándome las manecillas
de la hora, minutos y segundos, pero se desesperó porque no lo aprendí como
ella quería y terminó gritándome; luego llegó mi padre y quiso hacer lo mismo,
pero pasado el tiempo terminó igual o peor de desesperado que mi madre, gracias
a Dios mi abuelo estaba de visita y para mi fortuna me rescató, muy lindo me
tomó de la mano y me llevó a la sala donde con todo su amor y paciencia me explicó
paso a paso el reloj, se tomó todo el tiempo hasta que lo comprendí.
Hasta el día de hoy recuerdo que fue gracias a
mi abuelo a su templanza y paciencia que aprendí el reloj. ¿Por qué? Porque fue
el único que no me gritó y me esperó hasta que comprendiera bien las cosas.
Los gritos, el enojo, la desesperación no
logran nada positivo en los hijos, al contrario los lastimas y con el tiempo
pueden acumular resentimiento hacia sus padres. Es con paciencia, firmeza y
amor que se les dice cómo. De grande te lo van agradecer y te lo van a
reconocer, de lo contrario si sólo reciben gritos e histeria de tu parte solo
provocarás que se aleje de ti, que prefiera estar con los abuelos, tíos,
primos, amigos vecinos, antes que contigo. Así que considera estos tres verdades
que te comparto para corregir correctamente, ganándote el respeto y admiración
de tus hijos.
Norma Peraza
Papitos
es importante que le haga saber al asesor de su hij@ en el transcurso de la semana como les pareció el documento y lo más importante que
lo pongan en practica. Hace parte de la ayuda que el colegio les quiere dar en
cuanto a la formación de sus hijos
.
¡Bendiciones!